PATINA LA VÍA DE LA PROSPERIDAD

Esa que se inició como gran alternativa y con expectativa por el progreso y el desarrollo que con ella se esperaba en los pueblos ribereños del Magdalena, hoy tiene un retraso de casi un año y miles de tropiezos que han imposibilitado que su ejecución como estaba prevista.

En la serie de entuertos que se ha tornado sobre este proyecto, se prevé que la obra diseñada inicialmente no va a llegar a su destino, como lo era el corregimiento de Guáimaro, en el municipio de Salamina, que por fin se ha declarado en alto riesgo y que de un momento a otro puede desaparecer por la erosión que ha venido carcomiendo sus orillas.

Ya no será la vía dique, que fue diseñada para salvar a los municipios que año tras año sufren los embates de los desbordamientos del Río Grande de la Magdalena que causa graves emergencias invernales; la última de ellas, acaecida entre los años 2010 y 2011 dejó miles de personas damnificadas.

Dentro del rompecabezas de anomalías que ha convertido a este proyecto en un laberinto sin salidas, resulta que el trazado inicial era Palermo – Sitionuevo – Remolino - Guáimaro, para continuar a Salamina, pero la obra, que está en veremos y con los ojos de las ‘ías’ puestos en los responsables de las últimas administraciones departamentales, los contratistas y la interventoría, a duras penas llegaría a Sitionuevo, porque le fue modificado el trazado, y se ha advertido que los recursos tampoco alcanzarán, ya que, en versión de los contratistas, hubo que adelantar muchas obras complementarias, que no hacían parte del proyecto inicial, cuya estructura cambió totalmente, porque se aduce que ésta comenzó con base en unos estudios antiguos sobre el proyecto, sin tener en cuenta que se habían presentado cambios geomorfológicos que ameritaban modificaciones estructurales en los diseños.

Ante esta serie de situaciones lo mejor, según dicen los expertos, había que proceder de inmediato a hacer los ajustes del caso y fue así como se determinó sacar la vía del trazado inicial y buscar alternativas y fuentes de financiación para poder continuarla, pues con los recursos existentes solo se alcanza a cubrir unos 16 kilómetros y no lo 52 presupuestados para terminarlos en noviembre como estaba previsto.

Así que los sueños de los moradores de los pueblos ribereños de ver terminada una obra que los beneficiaría grandemente se vinieron a pique y con las variantes proyectadas quedarían sumidos nuevamente en el olvido y en el atraso como ha ocurrido en otras partes del departamento.