Troconis y otros hospitales que son llamados universitarios, no lo son
- LA REVISTA DEL CARIBE
- 2 jun 2017
- 3 Min. de lectura
El llamado Hospital 'Universitario' Fernando Troconis no aparece entre los catalogados como tales, según un reporte dado a conocer esta semana en ese sentido.
La fuente oficial reportó apenas diez que cumplen los respectivos parámetros, entre los que sus directivos hacen llamar como universitarios, sin que haya uno de los pertenecientes a región Caribe.
El Troconis (conocido popularmente como 'Los Manguitos') pasó de ser hospital antituberculoso a Centro de Rehabilitación y Diagnóstico y a partir de entonces tuvo como misión principal el tratamiento de pacientes con enfermedades mentales y adicciones a sustancias sicoactivas.
En la controvertida administración de Trino Luna Correa y mediante unas contrataciones en entredicho se aprovechó la estructura institucional del entonces Centro de Rehabilitación y la infraestructura física del antiguo Hospital Central de Santa Marta para fusionar lo uno con lo otro y erigir una nueva institución con el nombre de Hospital Universitario 'Fernando Troconis'.
La forma como se implementó la nueva institución también fue objeto de debates y descalificaciones, llegando a ser comparado con una especie de 'centro comercial hospitalario' donde cada inversionista arrendaba un área y vendía sus servicios en diversas especialidades de la medicina. No obstante, dada la ascendencia del malogrado gobernador de la época con el Presidente Uribe consiguió que el Departamento de la Administración Pública le concediera al naciente hospital el Premio a la Alta Gerencia, que fue protocolariamente otorgado cuando ya el gobernador era su alumno Omar Diazgranados Velásquez.
La estrategia consistía en reforzar la creencia de que en verdad se trataba de una institución altamente especialiazada y con todas las garantías de prestación de servicios de un hospital universitario, lo cual redundaría en favorables transacciones, aun cuando las consabidas rentabilidades nunca se han visto en favor de las arcas de un centro asistencial que no ha podido tener el flujo de caja necesario para cumplir el estricto pago de obligaciones laborales y otras acreencias.
El informe que se ha conocido en vigencia de otra cuestionada administración, la de Rosa Cotes de Zúliga, reporta que solamente diez hospitales universitarios de Colombia cumplen verdaderamente con las especificaciones que exige la normatividad vigente. Ellos son: el Hospital Pablo Tobón Uribe, la Fundación Santafé de Bogotá, el Hospital San Vicente de Paul, el Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta, la Fundación Cardiovascular de Colombia, la Sociedad de Cirugía de Santafé de Bogotá, el Hospital General de Medellín, la Fundación Cardioinfantil y el Hospital Infantil de San José.
Entre las condiciones requeridas para ser un hospital universitario se cuentan, por ejemplo:
Estar habilitado y acreditado de acuerdo con el Sistema Obligatorio de Garantía de la Calidad
Aplicar procesos integrales de prácticas formativas, docencia e investigación
Establecer convenios con universidades acreditadas
Tener reconocimiento nacional e internacional de sus investigaciones.
La fuente señaló que en el caso del Hospital Troconis, por lo menos dos de estas condiciones no se están cumpliendo.
Los consultados advirtieron que esa circunstancia puede contraer otras consecuencias negativas en la misión institucional del centro asistencial y que, incluso, puede conllevar a demandas en contra de la categoría que ese hospital dice tener y con ello echar por tierra hasta el nombre oficial de la institución, ya que en caso de prosperar una demanda en ese sentido tendría que ser retirado el termino universitario del nombre del Hospital Fernando Troconis.
Adicionalmente, esa situación entra a constituir una nuevo eslabón en la cedana de cuestionamientos sobre funcionarios y dependencias de la administración de Rosa Cotes que, en estos casos parece mirar hacia otro lado, cuando se ha ido tejiendo una serie de señalamientos, acusaciones, denuncias e intervenciones judiciales en contra de algunos de sus allegados funcionarios, lo que en asuntos de transparecia parece un contra sentido su eslogan de 'primero lo social', ya que ni como un oxímoron podría entenderse que lo social estaría en sincronía con las conductas presuntamente antisociales que están investigando los órganos judiciales sobre los precitados funcionarios.
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