JUANCHO POLO, UN JUGLAR SIN RECONOCIMIENTO

Por: Efraín Mattos Padilla

- A aquel que no tenía dientes, ni tenía muelas;

no tuvo grado de escuela, pero al cantar fue la ciencia -

El próximo 22 de Julio se cumplen 39 años de la muerte del juglar magdalenense Juan Polo “Valencia” Cervantes, conocido en el mundo de la música vallenata, como Juancho Polo Valencia; este último no era su verdadero apellido sino un apodo, pero con el que se le conocía artísticamente, aun cuando nunca se le tuvo como tal a pesar del gran aporte musical que le hizo a la música de acordeón y al folclor costeño con la gran cantidad de canciones que compuso y grabó en diferentes casas disqueras.

A pesar de todo esto nunca se ha hecho el gran homenaje que se le debe a este supra intérprete y cantante de la música denominada vallenata, muchas de las cuales han sido verdaderos éxitos, interpretadas por las más famosos aristas, orquestas y conjuntos nacionales e internacionales.

Su nacimiento se lo disputan varios sectores del Magdalena, como Concordia, Cerro de San Antonio, Caimán, Flores de María, Rosario de Changue, Valencia y Fundación, y se dice que fue un 18 de Septiembre de 1.918, o sea que el año entrante se cumple el centenario de su nacimiento, y todavía es la hora que no se le hace un reconocimiento a este maestro de maestros del acordeón, ni por parte de las autoridades del Departamento, ni por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, ni por el Ministerio de Cultura , ni por las disqueras, ni por Sayco, es decir, por parte de nadie. Permanece en el olvido aunque su música perdura y está vigente aún, pues sus canciones han sido ejecutadas por grandes artistas, como Alejandro Duran, Diomedes Díaz, Carlos Vives y Jorge Oñate, por mencionar a algunos.

Se ha conocido que un periodista del Cerro de San Antonio y propietario del canal local de televisión local de allí, conocido como Shasha López, viene adelantando un estudio profundo sobre la vida del juglar, con documentos que demuestran el sitio exacto del nacimiento de éste y otros aspectos importantes de su vida.

De otra parte el alcalde de ese municipio, Edgar Fernández Lafaurie, nos comunicó que precisamente su administración está preparando un gran evento con motivo del centenario del nacimiento de este gran juglar, pero sin ahondar sobre el particular. Así que estamos a la expectativa porque la verdad es que nadie se ha preocupado por un merecido reconocimiento a este gran artista oriundo del Magdalena, quien murió pobre y abandonado, como muchos de nuestros grandes artistas.

Aun escuchamos algunas de sus melodías, como Vení, vení corazoncito; El Pájaro Carpintero que tiene algún misterio cuando rompe palo con su pico; Lucero Espiritual … no sé donde te escondes en este mundo historial; Alicia mi compañera que tristeza, Alicia mi compañera que dolor; Sí, Sí estuve paseando en Santa Marta la capital del Magdalena, Shio shio … espanten esa gallina que va picar mi paloma; Anoche a la media noche Marlene me dio su amor; Me gusta bailar, me gusta cantar a la orilla del mar; Lo digo pa’ que lo escuches provincianito, que yo si soy el respeto del magdalena. Esas son algunas de las letras de sus inmortales canciones, pues son muchas sus composiciones e interpretaciones en las que le cantó a la naturaleza, al amor, al espacio y en fin a todo lo que el acontecer de este gran músico magdalenés.

Se casó un 29 de diciembre en la parroquia del Cerro de San Antonio con Alicia María Hernández Páez, su principal inspiración musical; viajó de pueblo en pueblo con su acordeón cantándole a la naturaleza y al amor, por casi toda la costa norte. Sin lugar a dudas fue un gran juglar, y que este sea mi aporte al rescate de la memoria de este hermano nuestro.

Y es que, a través de sus melodías y de la interpretación de su música por otros artistas, Juancho, ése que anduvo por las regiones del Valle, el mismo que estuvo paseando en Concordia por la región de El Rosario, sigue sonando en las emisoras, pónganle cuidado al radio.

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