Espacio público sin espacio
- LA REVISTA DEL CARIBE
- 10 abr 2017
- 2 Min. de lectura
La invasión del espacio público ha sido una situación recurrente en las grandes ciudades costeñas, y en Semana Santa no es la excepción.
La Alcaldía de Cartagena informó precisamente, a través de la Gerencia de Espacio Público y Movilidad, que había intensificado los operativos para despejar aquellas zonas del Centro Histórico que por estar invadidas de ventas informales son intransitables.
Los operativos son efectuados en las noches y madrugadas, recogiendo los depósitos, objetos, todo lo que queda después de la actividad económica que realizan los informales en el día.
Admitió que se incrementaron los establecimientos en áreas de espacio público, primero porque no hay cultura ciudadana y segundo no tenemos el personal suficiente para hacerle frente a esta situación porque los reguladores no tienen contrato desde hace dos meses y estamos paralizados, en noviembre y diciembre se hicieron varios operativos en sectores como La Nevada, La Galería, Centro, carreras 9 y 8, pero eso no es suficiente.
Existen puntos neurálgicos en donde hay que trabajarle duro el tema como en la carrera 7 entre las calles 16 y 17; la 17 entre la 6 y la 11 y toda la carrera 8 desde las 16B hasta la 18.
Hay una jurisprudencia en la que al vendedor mal estacionado no se le puede quitar del lugar, sino que hay que reubicarlo, el decreto 00089 de 2013 que regula la situación de los vendedores ambulantes. Se llama espacio público a la zona de propiedad pública, dominio y uso público. Es el lugar donde cualquier persona tiene el derecho a circular en paz y armonía, donde el paso no puede ser restringido por criterios de propiedad privada, y excepcionalmente por reserva gubernamental.
En el caso de Montería, la Cámara de Comercio dice que la invasión de calles y andenes está coartando el normal ejercicio de las actividades mercantiles, ya que impide el cargue y descargue de mercancías, el acceso libre de los posibles compradores y la normal visibilidad de los establecimientos de comercio. Los perjuicios económicos del comercio organizado son graves y el desarrollo del sector muy limitado, principalmente en las zonas de mayor actividad comercial.
En Sincelejo se está interviniendo este fenómeno mediante el cambio de sillas por unas que ocupen menos espacio y reducir el número de estas, así como el cambio de paraguas por estructuras más unificadas que no impidan la visibilidad y libre transitar de los ciudadanos en general.
Los vendedores de frutas han demostrado mucha receptividad a las solicitudes y sugerencias de la Administración Municipal y tienen la disposición de acatar las instrucciones de la Alcaldía en lo referente a las sillas y parasoles, estos últimos deberán ser remplazados por una estructura diferente colocada encima de sus kioscos.
En Santa Marta el despelote se ha hecho crónico en la Avenida Campo Serrano, principal zona comercial del Centro y, aun cuando se desalojó a muchos vendedores en alrededores del mercado, muchos de los reubicados se quejan por incumplimientos de la administración distrital, constituyendo un riesgo de reinvasión del espacio público. Una mentira fue la remodelación del Centro Histórico para el uso público, ya que éste ha sido convertido en zona de licorería y prostitución en plena vía pública.
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