ABRIL HISTÓRICO
- LA REVISTA DEL CARIBE
- 7 abr 2017
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El próximo domingo el pueblo, que no el Establecimiento, conmemorará el crimen político por antonomasia en Colombia.
En esa fecha el Estado Colombiano honrará a las víctimas de una de las peores tragedias suramericanas: el Conflicto Armado Interno.
El Día de las Víctimas, como ha sido llamado el 9 de abril, recoge en la Ley 14 48 de 2011 las reivindicaciones humanitarias, sociales, políticas y económicas que constituyeron la proclama de Jorge Eliécer Gaitán.

Seguramente los grandes medios nacionales estarán más pendientes en justificar los fracasos de las marchas opositoras en Venezuela que en hacer memoria histórica en torno a la Gran Tragedia Colombiana que a partir del 9 de Abril de 1948 bañó en sangre a la Nación.
Coincide este mes llamativamente con la Carta de Jamaica en la inspiración antiimperialista de El Libertador.
Fue en este mes también cuando en 1970 la manguala de un presidente liberal que como dictador civil puso a dormir por fuerza de la bota militar al pueblo y silenció el conteo de votos que daba por ganador al candidato popular, el General Gustavo Rojas Pinilla, para al día siguiente oficializar el triunfo de un conservador: Misael Pastrana Borrero.
Y he ahí, como en el caso del asesinato de Gaitán, el Establecimiento le infligió otra faceta a la violencia política con el nacimiento del Movimiento 19 de Abril (M-19).
En ocasiones la historia se torna caprichosa, porque fue precisamente un 23 de abril de 1940 cuando el fundador de aquella insurgencia urbana, Jaime Bateman Cayón nació aquí en Santa Marta para 43 años más tarde, un 28 de abril, salir también de aquí para no regresar.
Ha sido un abril de luchas y represiones, de frustraciones y esperanzas, de tragedias naturales y trascendencias culturales como el paso a la inmortalidad de García Marquéz.
Es el abril que se llevó a “El Tribuno del Pueblo” porque – como él decía – el enemigo no está en los partidos políticos, sino en las élites que resumió en una palabra: oligarquía. Y es por ello que después de media centuria las ideas de Gaitán lo resucitan en cada estudiante que se atreve a pensar, en el profesor que más que enseñar forma en valores, en cada mujer que se resiste a la opresión, en cada niño que vuelve a sonreír cuando al padre lo han asesinado, a la madre la han ultrajado y a su familia la han desmembrado; en el campesino que retorna al predio despojado para sembrar esperanza donde los actores armados han sembrado muerte y desolación.
Por eso, cuando los grandes medios pertenecientes a los monopolios económicos buscan distraer la mirada hacia otras latitudes en menester hacer memoria histórica en homenaje a las víctimas de un reciente pasado atroz que no fuimos capaces de contener. Víctimas que en su mayoría fueron ultrajadas y masacradas por mantener vivo el ideario patriótico de Gaitán.
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